Extensiones por grupos o ramitos: Son fáciles de manejar, económicas y puedes ponértelas tu misma. El inconveniente que tienen es que dañan la pestaña natural porque se colocan pegadas directamente al poro de la pestaña y terminar por asfixiarla.
Pestañas postizas: Estas son las más fáciles de colocar y puedes hacerlo en casa. Elige la que mejor se adapte a tu ojo y además podrás usarla en más de una ocasión porque pueden limpiarse y son reutilizables. El inconveniente es que no quedan naturales, se recomiendan para ocasiones especiales. Y lo más importante... que no puedes llevarlas 24 horas. Tienes que retirarlas para limpiar el ojo y que este se mantenga limpio para evitar infecciones.
Extensiones pelo a pelo: Cuando hablamos de extensión de pestañas pelo a pelo nos referimos a una tratamiento ejecutado por un profesional. No sustituye las más cara, no crea ni el engrosamiento ni los pegotes típicos de la máscara.
Con esta técnica se pretende crear una mirada. Hay que elegir la forma, la longitud y el grosor que mejor se adapta al ojo que se va a tratar.
- Podemos crear una mirada natural con no más de 25 pestañas por ojo.
- O crear una mirada romántica colocando extensiones solo en los extremos.
- Una mirada sofisticada necesitaría de 30 a 40 pestañas por ojo.
- Una mirada glamurosa de 40 a 50 pestañas por ojo intercalando varias longitudes.
A la hora de poner pestañas pelo a pelo también se tiene en cuenta la forma del ojo:
- Por su línea: Horizontales, ascendentes, descendentes.
- Por su tamaño: grandes, pequeños, medianos.
- Por su distancia: Separados, juntos.
- Por su forma: Rasgados, almendrados, redondos.
- Por su volumen: Globulosos (saltón), hundido...
Por lo tanto este tipo de extensiones son realizadas por un profesional que no solo alargará nuestras pestañas, también nos ayudará a crear nuestra mirada.
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